Dicen que viajando se fortalece el corazón...

ojalá que esto pronto suceda!

miércoles, 13 de abril de 2011

VIAJE AL SUR EN VERANO 2011 (Cap 10: Lago Gutierrez y despedida de Bariloche. Regreso a casa.)


El lunes 17 nos cruzamos con Fer a desayunar enfrente, a la hostería “Sol del Nahuel”. Las chicas se habían cruzado la mañana anterior y nos lo habían recomendado para ir. Rico desayuno, una vista preciosa y un alojamiento para tener en cuenta. Muy buena atención. Nos acompañaron a conocer las habitaciones y la piscina climatizada. Para recomendar este lugar. Nos habíamos quedado con ganas de ir hasta el lago Gutierrez, y hacia allí nos dirigimos. No era una mañana soleada pero nos jugó a favor (a diferencia de la anterior) que no había viento. Bordeamos el Gutierrez y llegamos al camping “Los baqueanos”. El lago nos esperaba plácido y nos regaló momentos preciosos junto a él. Como si supiera que era nuestro último día.


Luego del Aluminé y del Traful, otro de los que más me cautivó.


En el Gutierrez creo que todos encontramos Paz, belleza, contemplación…


y Joaquín encontró las mejores piedras para ya recibirse de experto en sapos en el agua. Un as!!!

Almorzamos allí mismo, y luego nos quedamos a pasar la tarde. Precioso el camping, el restaurante, muy buena la atención…. Y el entorno deseado!!!





No faltó la remada en Kayac, donde nos fuimos turnando. La disfrutamos mucho, y muy amable el hombre que nos ayudó a ponernos los chalecos salvavidas y nos cuidó desde la orilla por si nos pasaba algo! jajaa





Bello Gutierrez, plácido, atractivo, de ensueño.


Hermosa última tarde junto a él. Y eso que el sol no acompañó demasiado. Volvimos para cambiarnos y merendar en el LLao Llao, donde no nos dejaron entrar por no tener reserva. Así que volvimos al querido Bellevue. Un hallazgo! Una joya oculta! De allí al centro para las últimas compras. Y nuestra última cena. Ravioles con crema. Y la última noche en una Bariloche que siempre ofrece más y más por descubrir. Desde donde una se va con ganas de volver para seguir recorriendo en cualquier estación… Bariloche como corolario de un viaje deseado, programado, querido, alegre, lleno de buenos momentos, desbordante de buena compañía.


A la mañana del martes 18 de Enero partimos, tempranito… todos, salvo Paula que volvería en avión. Tomamos la ruta que va desde Bariloche hasta Neuquén, pasando por Piedra del águila, Villa El Chocón. Y desde Neuquén, la misma ruta de la ida. Tomando también nuevamente la ruta del desierto, haciendo noche en “A Puro campo” en Gral Acha (con qué solcito nos recibió y, de esta manera, pudimos gozar de la pile y del campo hasta la nochecita que se largó la lluvia!) La Pampa nuevamente mojada, cena casera, noche descansada… para luego emprender el miércoles 18 de Enero la recta final hasta Rosario, del mismo modo que aquel 3 de Enero que emprendimos este viaje hacia el sur, hacia los lagos y montañas, hacia destinos maravillosamente diseñados. Gracias a quien corresponda por tanto… Volvería una y otra vez.


“Vuelvo al Sur, como se vuelve siempre al amor Vuelvo a vos, con mi deseo, con mi temor Sueño el sur, inmensa luna, cielo al revés Busco el Sur, el tiempo abierto y su después Te quiero, Sur, te quiero"


lunes, 14 de marzo de 2011

VIAJE AL SUR EN VERANO 2011 (Capítulo 9: Lluvia en El Bolsón/Lago Puelo y día en Colonia Suiza + Campanario)


El sábado 15 de Enero amanece dudoso, pero apostamos a que salga el sol. Es entonces cuando decidimos viajar hacia El Bolsón Y hacia Lago Puelo (este último ya en provincia de Chubut) Lamentablemente nuestro pálpito no ocurrió, y a cada minuto, mientras recorremos los 130 km desde Bariloche hacia el destino elegido… el día irá empeorando. Y si bien pasamos lugares de ensueño como los lagos Gutierrez, Mascardi y Guillelmo, y curvas, y más curvas en una excelente ruta pavimentada, no podemos apreciarlos en su esplendor.


Lloverá ya llegando a El Bolsón y sólo podremos optar por almorzar algo en Lago Puelo, en un mediodía muy destemplado, donde a partir de allí nos acompañará la lluvia, y más, y mucho más al regresar. Ni ganas de recorrer el lugar, ni puedo recomendar o no recomendar. Estos son los únicos sitios de los que no hay registros de fotos. La vuelta será un tanto dura entre el tránsito, la lluvia imparable… y tantas curvas. Pero la compañía no decae en ningún momento, ni la algarabía del grupo…


A la tarde, ya en Bariloche, bajo la lluvia, elegiremos conocer el shopping de Bariloche, pequeño y totalmente olvidable. Luego, y mucha mejor opción, la calle Mitre. Por suerte la lluvia para y podemos realizar compras, llegarnos hasta el centro cívico, y luego cenar en “La Marca” (comida rica, precios razonables y un lugar acogedor) Un lugar ideal para compartir la mesa en familia y entre amigos. Habíamos ido en invierno, ya nos había gustado, pero esta vez lo encontramos más luminoso y alegre. Nos vamos a dormir esperando que al día siguiente mejore el clima.


El domingo 16 de enero no pinta demasiado bueno, y la lluvia sigue siendo una amenaza. Queremos ir a una playita a las orillas del Moreno, pero el viento nos vuela en ese sitio.


Entonces nos dirigimos a conocer Colonia Suiza, recorremos la feria (muy linda y variada), probamos las tortas fritas rellenas de jamón y queso (muy ricas), presenciamos cómo preparan el famoso “Curanto” (comida a base de verduras que cocinan bajo tierra)




Pero ese mediodía dudoso nosotros optamos por la riquísima fondeu de queso que tanto nos gusta.


Y luego seguimos visitando los lugares de artesanías y la pequeña capilla.







Fue una visita agradable la de llegarnos hasta Colonia Suiza, a pesar de los cambios climáticos que se fueron sucediendo estando allí. Luego la tarde mejora y ascendemos al cerro Campanario, desde donde se aprecian hermosas vistas del entorno de lagos, montañas y demás bellezas.

Una tarde fría, donde el sol asomó tímido y acompañó en algunos momentos.



Y donde nos detuvimos bastante tiempo contemplando las distintas caras que nos ofrecen los miradores del cerro.


Una más preciosa que la otra.



Y más tarde es cita obligada la merienda en la confitería del Campanario. Oferta variada y precios accesibles. Adentro calorcito, y afuera más frío.


Esa noche cenamos costeletas a la parrilla con ensaladas en la cabaña, desde donde, por momentos, se pudo apreciar la luna casi llena sobre el Nahuel.