Dicen que viajando se fortalece el corazón...

ojalá que esto pronto suceda!

domingo, 30 de enero de 2011

VIAJE AL SUR EN EL VERANO 2011... (Capítulo 5: Camino de los 7 lagos, Villa La Angostura y Navegación por el Nahuel Huapi)

Hoy, Lunes 10 de Enero, desayunamos en San Martin de los Andes y partimos hacia Villa La Angostura por el camino de los 7 lagos… amo ese recorrido… pero creo que me gustó más en invierno con nieve y sol ... y menos tierra!!! Jaja

Igualmente en verano es alegre ver los camping. Sin duda, uno de los más bellos es el del Lago Falkner. Muchas bicis en el camino, más autos que en el invierno, siguen los arreglos en las partes de ripio, obreros trabajando, máquinas… y polvooo!!! Pobre auto el nuestro recubierto, ya no se sabe de su color.

Pero, les cuento, fue tan emocionante regresar a la Villa, llegar al cruce, volver al hotel.

El mismo hotel Angostura pero tan distinto en esta nueva estación. Aquel parque que vimos lleno de nieve, hoy alfombrado de verde, y flores, tan alegre, tan colorido, soleado como en el invierno… con la misma vista espectacular de la Bahía Mansa, pero más embarcaciones, veleros, lanchas, gomones, más gente que anda, va y viene por las calles del Puerto, por sus orillas… ayyyy este lugar me fascina y vuelvo agradecer este regalo de poder viajar y llegar a estos lugares donde una se siente parte, se siente que pertenece, que ese lugar me estaba esperando… y yo sin saberlo… ja

Bahía Brava


Qué bueno poder volver a recorrer los rincones de la Villa con Fer, esta vez con la compañía de Joaquín, mi hijo. Almorzar en el parque, escuchar otras lenguas, escribir mis impresiones desde el salón del hotel con vista a la Mansa, bajar a la playa, esta vez a tomar sol!!! Qué lindo, qué lindo, pero… qué lindo!!!!




Luego del baño y pasadas las 22 (aún hay algo de luz solar) vamos con el auto hasta el centro… nos sorprendemos con sus luces, sus turistas, sus negocios, con sus calles llenas de vida veraniega, recorremos negocios, cenamos, nos asombramos que a la salida de cenar ya no quedaba gente por la calle, compramos unos chocolates que degustamos luego viendo tele en el hotel. Y a la cama.

“La Villa me estaba llamando… y yo la escuchaba, pero tenían que pasar los años para que pudiéramos encontrarnos cara a cara.”



Los mismos lugares en distintas estaciones...



El día 11 de Enero desayunamos en el hotel Angostura con un desayuno buffet correcto y nos quedamos sacando fotos en la terracita, mientras esperábamos que se desocupara el bungalow de abajo que también pertenece al hotel (tienen 3 bungalows en total)










Como se demoraba, fuimos hasta el centro, al super y al locutorio.

Cuando volvimos, ya teníamos listo el bungalow… y hasta allí partimos. Rodeada de flores, de árboles, con vista al lago Nahuel Huapi y a su Bahía Mansa, encontramos nuestro próximo hogar por 3 días. Hermoso. Lo mejor: el gran ventanal del cómodo y amplio living comedor… sumamente recomendable esta cabaña y su entorno con terracita propia.



Acomodamos, nos hicimos unos sandwiches y volvimos a la terminal de la Villa para buscar a 2 amigas: Paula y Micaela, quienes se unirían a nosotros en esta segunda semana de viaje.

Las chicas llegaron 15,15 por la empresa Albus desde Bariloche (1 hora y cuarto de recorrido)
Finalmente, ya todos instalados, comenzamos a gozar de ese entorno privilegiado. Mates, solcito, charlas, puestas en común para decidir las compras en el super para esos 3 días. Compra rápida en el super, ejecutada por los varones.

A las 18.30 habíamos reservado una navegación en el velero Petunia que sale desde la Bahía Mansa, comandado por Alberto que también lleva adelante la excursión hasta Arrayanes en el histórico barco Huemul.

Bajamos a la Mansa una hora antes para disfrutar la playita y sacarnos fotos.








La navegación fue preciosa, con bastante viento por momentos, buen sol y mucho frío hacia el final. Alberto nos llevó a recorrer las bahías cercanas en ese Nahuel que esa tarde engañaba desde la orilla como más calmo, y mostraba sus garras (oleaje) en el curso de la navegación, fruto de viento.

La charla y las explicaciones se fueron dando de manera dinámica e interesante. Desde la costa vimos el Messidor, la hostería Las Balsas (de las más caras)… hasta le preguntaremos a Alberto por el famoso “Nahuelito”.

Joaquín tenía frío, cabeza dura que no se lleva nunca abrigo… y resulta un buen momento para abrazarlo, ya que así lo requiere. Jaja



Y mientras navegamos, nuestras almas así lo hacen


“Navega, alma mía, navega, respira el dolor por las velas” canta Jorge Fandermole… y cualquier dolor queda relegado ante tamaña inmensidad paisajística, donde todo se conjuga armoniosamente, donde la presencia de Dios parece sentirse más cercana.

Una hora y media de navegación, y nuestro agradecimiento a Alberto. Las fotos con el sol de las 20 hs tienen un color especial.




Subida a la cabaña, baño, cena (hamburguesas a la parrilla) Todos muy cansados y a la cama.

Mañana nos espera Villa Traful…